Ya estamos contando las últimas horas para comenzar nuestro viaje, y cada vez son más las personas que nos preguntan cual va a ser nuestra ruta, así que lo resumiré con la frase que da título a esta entrada: Hacia donde nos lleve el viento.
A la mayoría les sorprende que no tengamos una ruta definida, incluso a mi mujer aún le cuesta asimilarlo, y es que tantos años de “estructuración social” hace difícil aceptar ese salto, que parece al vacío.
Pero justo ese es uno de los objetivos de nuestra nueva forma de vida, salirnos de lo establecido. Queremos abrazar el nomadismo en su estado más puro, moviéndonos con el clima para evitar los duros inviernos del norte y los abrasadores veranos del sur (en Europa). Como leí en algún lugar: El plan es que no hay plan.
Solo sabemos que vamos a saltarnos la península ibérica rápidamente, en parte por el calor que reina últimamente, en parte porque ya conocemos bastante de ella. Así que después de varias paradas “técnicas” por España, daremos el salto a Francia por la frontera de Portalet.
Algunos amigos ya nos han preguntado en qué fechas pasaremos por sus lugares de residencia en diferentes países europeos, y si bien intento darles una estimación, es difícil hacerlo cuando no sabes hacia donde soplará mañana el viento.