Estoy en ese bello momento donde todos duermen, corrección, casi todos duermen y puedo tener algo de tiempo para escribir…
Viajar, para muchos es una actividad que inspira, que motiva, es ese momento donde te desconectas de tu realidad para ir a conocer ese lugar del que muchos te han hablado o del que has investigado en internet y se ve ideal para pasar las vacaciones y dejar atrás el trabajo, el estrés, el tráfico, la contaminación, yo que sé, es sólo ese punto de encuentro entre tú y el destino elegido, y así sean 3 días, vas dispuesto a disfrutar; pero ¿qué pasa cuando tienes hijos?
Todos los que tenemos hijos sabemos que el concepto vacacional cambia una vez que llega tu primer criatura a tu vida: eso de leer un libro mientras tomas el sol y te bebes una piña colada se esfuma como si nunca hubiera existido. Ahora tus actividades cambian por hacer castillos de arena, preocuparte por tener un snack a la mano por si el hambre hace de las suyas y pasar el tiempo entero en alberca, playa o juegos infantiles.
Nuestro viaje en autocaravana no es muy diferente a esto que les cuento, ya que las necesidades de nuestras niñas van marcando el ritmo del viaje, pero también es cierto que ellas van acoplándose a este estilo de vida.
Cuando empezamos con nuestra aventura me cruzaron muchas dudas por la cabeza, y ahora quiero compartir las respuestas que he encontrado después de tomar la decision de viajar indefinidamente con dos niñas pequeñas:
- ¿Cómo iba a ser capaz de llevar una rutina con mis hijas si ni siquiera sabíamos el rumbo? Después de casi 4 meses viajando descubrí que las rutinas no tienen nada que ver con el rumbo sino el tiempo. El cuerpo humano es maravilloso y el hambre y el sueño se encargarán de ayudarte a establecer una rutina sin importer en dónde te encuentres.
- ¿Cómo Paula, a sus 4 años, no iba a ir al colegio? ¿Cómo va a aprender a leer y a escribir? Pero la pregunta más grande, para mí como mamá era ¿qué voy a hacer con Paula 24/7, ¿cómo la voy a entretener? Resulta muy difícil mantener ocupada a una niña de 4 años y más en un espacio de 14m2, pero para mi sorpresa lo hemos resuelto muy bien. Creo que lo más importante es tener un plan. En nuestro caso, tenemos una serie de actividades a realizar por trimestre (programa compartido por el antiguo colegio de Paula), mismas que vamos haciendo conforme vamos parando en lugares tranquilos, y todas esas actividades son las que normalmente haría en un colegio; la ventaja es que vamos a nuestro ritmo. Paula marca la velocidad con la que avanzamos y yo disfruto haciendo manualidades y enseñándole un poco de todo. Por otro lado, nuestras visitas a granjas, ciudades y pueblos, se convierten en una súper experiencia para ella, ¡qué mejor que aprender sobre naturaleza y animales que viendo y sintiendo!
- ¿Cómo podrá socializar? ¿Y sus amigos, los extrañará? Socializar es nato en los niños y cuando de divertirse con alguien se trata, el idioma no es barrera; hay una mágica capacidad para poder comunicarse y sin importar en dónde estemos, siempre encuentran la manera de hacer nuevos amigos como es el caso de Paula con Samuel, un niño que conoció en una granja en Francia; comenzaron a jugar comunicándose a señas, al final del día aprendieron uno del otro, él decía palabras en español y ella en francés. Cuando los niños viajan, se vuelven más extrovertidos y también se despierta el interés por aprender otros idiomas, al final de nuestro recorrido por Francia, Paula ya era capaz de decir los básicos en francés, tales como: hola, buenos días, buenas tardes, ¿cómo estás? ¿cómo te llamas? Soy Paula. Al final creo que extraña a sus amigos como yo a los míos, pero también la noto feliz de poder hacer amigos nuevos.
- Lucía, tan pequeña ¿cómo aprenderá los básicos como gatear o caminar? En estos meses que llevamos viajando ha aprendido no solo a gatear y caminar en la autocaravana, también a subir y bajar escaleras, la he visto cómo disfruta jugando con tierra, piedras, pasto, arena y observando a los bichitos. Es impresionante verla desarrollarse en un ambiente sin rutinas y fuera de cualquier sistema de guardería (a diferencia de Paula).
A veces creo que me preocupo de más, este viaje para Paula y Lucía es de aprendizaje continuo, hoy sé que abrirles esta oportunidad les trae beneficios y momentos de vida que seguro les dejarán un buen sabor de boca en el futuro, pues ya lo hace en el presente. Sin duda a veces los adultos nos enredamos más que los pequeños; ellos son tan sencillos y con tan poco son felices que deberíamos aprender más de ellos. Tiempo, dedicación y aprendizaje continuo es de lo que para mí ha sido este viaje hasta ahora, poder tener la suerte de estar con mis niñas 24/7 es algo que hoy agradezco y aunque a veces me alcance el cansancio, no lo cambio por nada, las disfruto, las veo crecer, las veo día a día hacer cosas nuevas y avanzar en este camino de vida, y no siento más que orgullo y amor por poder estar a su lado en cada paso.
Hola Yaz no importa donde estes ni como lo hagas, la vida consiste en vivirla y vosotros habeis elegido un modo muy valiente de hacerlo.
En cuanto a las niñas tienen los problemas y vivencias que tienen todos los niños solo que tú las disfrutas las 24 horas del día y todos los días.
Espero que sigais así durante el tiempo que estimeis oportuno y sabed que en un rincón de España están los abuelos para todo aquello que necesiteis, incluso si quereis hacer un alto en vuestras vacaciones aquí estamos para recibiros el tiempo que querais.
Un abrazo muy fuerte desde El Puerto de Santa María